Soledad.
Ruido, palabras inconexas que han perdido su inherente naturaleza comunicativa. Movimiento, pequeñas corrientes de viento producidas por gente que se desplaza a sitios que han perdido todo el interés para tí.
Es posible sentirse solo aun rodeado en todo momento por un ejército de acompañantes. Quizás sea ésa la más triste y profunda soledad, porque no es posible rellenar ese agujero ni con una montaña de arena a tu lado. Eres, entonces, una estatua de cal que no pelea por salir de un inerte y atemporal estado de letargo. La tristeza y el agrio desencanto te abrazan, te mienten al oído y te colocan la corbata de los muertos, cuyo extremo permanece firmemente atado a la rama de un roble.
Ninguno de los que te rodean parece vislumbrar que el brillo de tus ojos se perdió en el pozo seco de tus lacrimales, ni que tus cuerdas vocales adquirieron un tono de apatía que no te molestas en disimular. Esperas, ingenuo, que una luz brillante y cegadora entre por el tragaluz y le arranque el poco barniz que les queda a los viejos muebles de tu habitación. Quizás así logres ver dónde está la puerta de salida. Ojalá no esté atascada...
Es posible sentirse solo aun rodeado en todo momento por un ejército de acompañantes. Quizás sea ésa la más triste y profunda soledad, porque no es posible rellenar ese agujero ni con una montaña de arena a tu lado. Eres, entonces, una estatua de cal que no pelea por salir de un inerte y atemporal estado de letargo. La tristeza y el agrio desencanto te abrazan, te mienten al oído y te colocan la corbata de los muertos, cuyo extremo permanece firmemente atado a la rama de un roble.
Ninguno de los que te rodean parece vislumbrar que el brillo de tus ojos se perdió en el pozo seco de tus lacrimales, ni que tus cuerdas vocales adquirieron un tono de apatía que no te molestas en disimular. Esperas, ingenuo, que una luz brillante y cegadora entre por el tragaluz y le arranque el poco barniz que les queda a los viejos muebles de tu habitación. Quizás así logres ver dónde está la puerta de salida. Ojalá no esté atascada...
BTS
posted by Anónimo at 10:01 a. m.
2 Comments:
Qué raros somos, ¿verdad? A veces lo queremos todo, lo necesitamos todo. En ocasiones, la soledad es simplemente una ausencia: nos rodean cien de los que amamos, pero falta uno, y el ausente parece acapararnos, cegarnos, robarnos la luz. No es la soledad, es la no presencia lo que hace que nuestra mirada se vuelva opaca y nos lleva a ser injustos con quienes nos rodean, porque olvidamos que nuestra apatía también les sustrae la luz a ellos: nuestra luz. Y en esa soledad acompañada nuestra, de pronto y sin que nos demos cuenta, quizás alguien de esos que contemplamos sin ver nos esté empezando a echar de menos.
Puedes tener amigos, familia ,compañeros ,pero sino tienes amor te falta algo, no tienes nada, a todos nos pasa ,afortunadamente siempre hay alguien especial que intuye tu soledad y te hace saber q esta ahí con un pequeño pero importante detalle... solo esa persona especial consigue reaparecer espectacularmente en el momento adecuado q mas necesitas, estar siempre a tu lado, quizás no física, pero si con reflexionados, acertados y subliminales gestos/mensajes que solo el/la puede hacer y el/la receptor/a entender. ¿feeling? ¿intuición? ¿amor? ¿amistad? ¿cariño? ¿ayuda?...
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