domingo, mayo 28, 2006

Soñando despierto.

Los sueños no nacen, sino que existen por sí mismos como respuesta a lo que más queremos en nuestra vida. Así, junto con nuestra experiencia del día a día, conforman lo que somos y nos dan una identidad a la par que luchamos, contra lo imposible si hace falta, para darles un sentido y compensar su aportación. Es esa inquietud por realizarlos y así confirmar una imagen mental de nosotros mismos, que va más allá del simple agrado, lo que nos da fuerzas para creer que una utopía puede morir para que nazca una realidad. Pero no podemos ceñirnos exclusivamente a un sentimiento de agrado, puesto que eso es sólo la cáscara de un fruto muy dulce que encierra completitud, éxito, realización y muchas otros néctares que, buenos o no, forman un catalizador que nos impulsa casi siempre en el sentido positivo.

Dentro de cada persona existe un torrente, o en los casos más modestos un humilde riachuelo, emocional que nos conforma como personas y del choque de algunos sentimientos nace la crisis que da lugar a un cambio en el individuo. En esencia, podríamos reducir esta visión al plano químico: nuestro yo más visceral se encuentra en un tubo de ensayo y las posibles reacciones entre nuestras emociones pueden verse aceleradas o frenadas por multitud de factores. Así es fácil entender cómo una persona elige un camino diferente al que parecía llevarle a su sino a medida que se acerca a un cruce. Este cambio se debe a un nuevo yo, un nuevo sueño o quizás uno latente, que surge de la colisión entre realidades aparentemente complementarias. Un enfrentamiento que toma cuerpo en el momento que la persona descubre que no puede recorrer ambos senderos a la vez, en el momento en que los sueños del pasado, presente y futuro discuten sobre quién tomará el mando. El encuentro entre lo que quisimos ser, lo que somos y lo que anhelamos alcanzar es beneficioso siempre y cuando se desarrolle como un diálogo y nunca como un enfrentamiento que sólo traerá más confusión. Esa crisis no es más que la posibilidad de ampliar horizontes y brindar la oportunidad de viajar a nuestros anhelos con nuevos rumbos trazados en las cartas de navegación.

No debiéramos preguntarnos dónde nacen los sueños, sino dónde lo hacen las realidades.

BTS

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

...Duermete entre mis brazos y mis sueños, que yo sueño con tus brazos si no estás mientras yo duermo...

12:18 p. m.  

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