jueves, mayo 25, 2006

Hay ángeles entre nosotros.

Hace tiempo que perdieron sus alas y se limitan a patear este angosto mundo. Aunque ya no lucen un precioso plumaje a sus espaldas, su labor sigue siendo crucial.

Son los pesos que evitan que la mente se pase la vida en las nubes, que ellos conocen tan bien; son las ráfagas de luz que iluminan nuestros rincones más oscuros, eliminando toda sombra de duda; son el diario de nuestra vida, pues en ellos escribimos, con horas de pacientes conversaciones, la historia de cada día; son la espuela que nos despierta del letargo de gárgola, haciéndonos ver que el mundo sigue girando indiferente a nuestra estática actitud.

Saben que no somos perfectos, pero precisamente por eso nos quieren; saben que nos equivocamos, pero el cariño que compartimos maximiza el valor del perdón; saben arrancarnos una sonrisa cuando sólo queremos enjuagar en lágrimas nuestros problemas; saben darnos espacio o recortarlo hasta el abrazo cuando más lo necesitamos.

Les queremos porque son especiales, porque son únicos y porque forman parte de nosotros mismos. Esta metafórica simbiosis nos transmite su esencia, pero sólo el tiempo determinará el color de nuestra casta.

BTS

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

plumas...resulta que además de servir para abrigar y para llamar la atención de otros congéneres, hay quien las usa para plasmar ideas en un trozo de papel...con esto del ordenador quedan un poco olvidadas, pero no se olvida el sentido que tenían de trasmitir ideas, ideas que pueden servir como consuelo para quien las escribe y que seguro que sirven como consuelo para quien las lee.
No sabes lo mucho que me has cambiado el ánimo. Mucha, mucha suerte...un besete

4:06 a. m.  

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