jueves, agosto 24, 2006

El reto.

Es la oportunidad de superarte a ti mismo, de enfrentarte con algo nuevo, de revisar antiguos esquemas y reescribir los puntos caducados. Es la fuerza que impulsa al dinamismo, el motor de una vida curiosa, la parca del tedio y el azote de la pereza.

Si el secreto del éxito se esconde en la capacidad de adpaptación al cambio, no es menos cierto que saber enfrentarse a nuevas situaciones y vencer los miedos preconcebidos es igualmente enriquecedor.

Pero, ¿quién te propone un puente desde el que saltar, una montaña a escalar o una pista que bajar? Unas veces tú mismo, otras aquellos que te rodean. Por uno u otro camino, tu interior cambia, tus perspectivas se hinchan y refuerzas las alas para un nuevo vuelo. Uno distinto, desconocido y excitante al mismo tiempo. Cauteloso como eres, no te lanzas sin pensar y calculas cada viento, cada brisa y cada corriente de aire que puedas encontrarte. Pero, hay que dejar algo al azar, pues es imposible controlar todos los elementos.

Sólo entonces abres las alas, cierras los ojos e inicias un planeo en busca de una corriente de aire caliente. Éste te empuja hacia arriba y te hace sentir grande y nuevo. Ves con perspectiva y sustituyes el miedo a la caída con el hormigueo de la autorealización. Eres ave experimentada, pero no descuides la caprichosa voluntad de Eolo. A parte de eso... ¡vuela alto, cormorán!

BTS
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