lunes, enero 15, 2007

Habrá que llevar uniforme por la vida.

Quizás unos galones en mi pechera o unas palas adornando mis hombros acayen esa lengua viperina. Pero no será respeto, sino temor lo que espolee tu prudencia. ¿Quién pondrá en su lugar, sin embargo, al que luce brillantes cruces y patronea el barco a su antojo?

El problema está en la base, en una educación equivocada, y por ahí debiera ser atacado. Arrancar las malas raices y regar un árbol nuevo alumbra el atardecer de una era pasada y alienta los anhelos de las nuevas generaciones. Pero el temor, el miedo a lo desconocido y la desidia de lo tradicional anclan ideas injustas y valores inhertes en la mente de los necios.

Sí, necios por olvidar que la base de toda relación es la entrega mutua y el amor. Amargados que les niegan a los demás la dulzura de un abrazo y el cariño de un beso. Desgraciados que nunca limpiaron sus ojos de la sal que les cegó.

Una voz se alza y clama por la esperanza. Verde esperanza que acompaña el deseo de que las cosas cambien un día. ¡Un penique por ello! Desea tú, ¡oh capitán, mi capitán!, que el tiempo sea más justo contigo de lo que tú fuiste con quien dependió de ti...

BTS
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