martes, noviembre 28, 2006

Sólo Eco

¿Qué hago si las notas ya no me cantan al oido tus sonrisas?
¿Qué hago si hace tiempo los colores me abandonaron obligandome a imaginar lo bonito de tu pelo en blanco y negro?
Y qué si mi cristalino parece opaco y mis oidos sellados, eso no me quitara el brillos de la mirada al verte ni la música de mi voz si tú me hablas.
¿Qué hago si las formas escapan del alcance de mis manos al tratar de abrazarte?
¿Qué hago si el aire me despista y no me permite encontrarte entre tanto olor prometiendo falsas felicidades?
Dejaré entonces que mi tacto se deshaga y que mi sudor se convierta en bruma y, revestido por nubes y haces de luz, te seguiré hasta donde llegues, repitiendo tus deseos como ecos de juventud.
Tt

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mellador de cuerpos, el inmaterial tiempo no puede romper objetos de su misma naturaleza. Éstos pueden gozar de la lluvia sin mojarse, del sol sin quemarse, de la nieve sin enfriarse y de las doradas hojas del otoño... sin miedo a resbalar y caer. Aunque quizás su torpe poseedor sí provoque unas cuantas risas con una espectacular pirueta que dé con sus nalgas en el frío suelo. Todo por hacer felices a los demás. ;)

3:13 p. m.  

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