domingo, septiembre 24, 2006

A una hoja... porque es otoño.

Oigo un sollozo escondido entre unas zarzas. Siento los pinchazos de la curiosidad en mis manos. Veo cómo una hoja se esconde del viento, cansada de ser mecida de un sitio a otro. Leo en la nostalgia de una lágrima un recuerdo que no quiere ser recordado. Abrazo la ternura de un suspiro y beso la caricia de un alivio.

No estés triste y sé valiente.

BTS

sábado, septiembre 23, 2006

Un brindis por los errores, otro por los aciertos

Parece tan absurdo que un ser tan libre se busque cadenas para poder sentirse a salvo...
El hombre, que quizás fue el más perfecto de todos los seres, animados e inanimados, de la creación de algún Dios, parece, al mismo tiempo, el menos inteligente.
Nace tan libre como el agua, ocupando espacios enteros entre atenciones y caprichos, es capaz de volar como el humo, de crear como la propia musa Ingenio e incluso de devolver toda la alegría que se le ha regalado con una sola sonrisa. Es dueño, al fin y al cabo, de todo y de nada. Dueño de sí.
Crece con la intención de hacerse más y más libre, de abarcar más, de volar más alto, todo por poder dar más y más...
En cambio parece preferir quedar atrapado en algo que él mismo ha ingeniado, ya solo nombrará el agua para referirse al dinero líquido que lleva encima, el humo al que pretendia imitar de niño es el mismo que le deja atado a una colilla durante años, las sonrisas quedan relegadas a vivir escondidas en alguna situación graciosa detrás de la espalda de otro viajero del metro...
Por suerte, el hombre, es el mejor de los seres, animados e inanimados, de la creación de algún Dios, y es capaz de caer y levantarse, de atarse y desatarse, de terminar algo para empezar un proyecto aun mejor.
Tt

domingo, septiembre 10, 2006

A un viejo amigo, un abuelo inolvidable.

Buscando una respuesta a la pregunta nunca formulada, encontré una mirada escondida en una gota de lluvia. Yo era árbol joven cuando nos conocimos, pero con muchas ganas de lanzar hojas doradas al viento otoñal. Ella cayó, se acurrucó en una de mis ramas, y yo sorprendido la acuné por diez años. Ha sobrevivido a vientos, heladas y altas temperaturas, ha visto como mil hermanas suyas pasaban a su lado y ha rechazado abandonar el sitio en el que actualmente se aloja por seguir su camino natural. Podría haberse perdido entre los juegos del torrente de agua de un río, o haber alimentado las raíces de otro árbol... o haber formado parte de una épica historia naútica, que seguro le hubiese encantado.
Lo cierto es que durante este tiempo, nos hemos susurrado mil historias al oído y hemos visto cruzar el sol de este a oeste más de mil veces compartiendo una anécdota interesante. El tiempo pasa y muchas cosas cambian, pero todas ellas no son más que ridículos matices que no empañan una amistad como la nuestra.
BTS
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